La médica cesanteada del Hospital Diego Montoya la semana pasada intimó al intendente a que confirme o niegue públicamente si su despido se debió a la difusión de fotos del niño que había sido herido con un hierro por un amigo.
María Alejandra Loyola afirmó, mediante carta documento fechada el 31 de marzo pasado, que si en 24 horas Daniel Chiocarello no se pronunciara sobre el tema, el silencio “será interpretado como la ratificación de las calumnias e injurias que me ha propinado”.
La facultativa admitió que el jefe comunal se cuidó de no dar su nombre a los medios y de no mencionar la causal de la prescindencia de sus servicios profesionales, pero a la vez consideró que es evidente por la fuerza de los hechos la atribución de delitos en contra de su honor.
También aseguró que este accionar del intendente es un ardid para procurar el encubrimiento de los verdaderos responsables de la difusión de las imágenes, elevándola a la calidad de “chivo expiatorio”.-