Siguiendo con el recuerdo de la semana pasada de la Ciudad de los Niños, FM IDENTIDAD entrevistó a dos de los protagonistas de la gesta del Padre Lorenzo Mensa
Héctor Lovera recordó que al sacerdote nadie le negaba nada y por el contrario, le ayudaban a cumplir sus sueños.
Relatan que fueron a distintos lugares a buscar algunos juegos y otros los construyeron acá. Los botes estaban sobre calle Tucumán. Así se fueron armando el gusanito, las sillas, naves espaciales, helicópteros y el trencito que tenía 400 metros de vía que “fuimos a buscar a La Calera y que antes se usaban en los yacimientos mineros de aquella ciudad”
El Padre Mensa celebraba la misa en el salón del medio, en tanto en el de la izquierda, que da a calle Tucumán estaba la cantina y en el de la derecha el comedor
Lovera y Oscar Verdoia recordaron que en el Día del Niño de 1989 cortaron más de 900 boletos.
“Vendieron todo a San Francisco—evocó Lovera—y con lo que quedó yo armé un parquecito”
Verdoia comentó que para la construcción de la Ciudad de los Niños colaboró toda la industria y el comercio de la ciudad
Ambos recuerdan que “al Padre Mensa nadie le decía que no. Fue un párroco inolvidable”