Esta añeja expresión nos remite a pensar rápidamente en que lo que haya que hacer debe realizarse de prisa y bien, evitando volver a cometer cualquier error. Y es quizás una expresión oportuna para adaptarla a lo que se debería hacer, en todos los sentidos, desde que el Ministerio de Salud de la Provincia y la Agencia Córdoba Deportes le dieron vía libre a la competencia amateur desde el 15 de Agosto próximo. Porque, más allá de la buena nueva tan esperada para poder reconstruir el ritmo deportivo, las finanzas, los estados físicos y anímicos y hasta la adhesión popular, no todo será sencillo ni mucho menos. Y claramente se palpa cuando, como en estas últimas horas, uno vuelve a tomar contacto con gran parte de los actores involucrados tanto de Las Varillas como de su zona.
El nuevo parate, especialmente en el ámbito de los deportes grupales, fue un golpe demasiado duro de asimilar para el andamiaje normal de clubes, cuerpos técnicos, deportistas y de los propios dirigentes. Con un factor común que se vuelve a palpar como el año anterior y que no es ni más ni menos que la “modorra”, como le solemos llamar a la pereza y a todo lo que cueste “volver a arrancar”.
Nuestra ciudad y su región conllevan un alto porcentaje de deporte amateur que fue el más castigado por la inactividad y que, a diferencia del profesional que casi no paró, está pagando por ello un alto precio. Que se traduce en un bajo porcentaje de regresos, un considerable número de migración a deportes individuales, sobrepesos con potencialidad de lesiones y una desestimulación manifiesta en la que se deberá trabajar y mucho para revertirla.
Poner las barbas en remojo como punto de partida, de eso se trata, con este horizonte a la vista algo más claro dado las últimas medidas gubernamentales. Con la necesidad de redoblar esfuerzos ante las ausencias y minimizar cualquier error que pueda traducirse en lesiones, abandonos, debilitamiento de relaciones y un malestar general en un contexto, hoy por hoy, dañado por donde se lo mire. Pero además, para colaborar con el incremento de la vacunación masiva tan necesaria, ya que solo podrán competir los mayores de 18 años que presenten por lo menos una dosis en un claro intento de aportar volumen de vacunación desde el deporte.
Dirigentes, entrenadores y deportistas como el pilar fundamental de este reinicio, más las familias y autoridades como sostén, serán la clave para poder transitar este momento de reinserción a la actividad sumamente delicado. Un momento clave para que allá por setiembre podamos volver a disfrutar de eso tan estimulante que es la competición y, en lo posible, habiendo recuperado gran parte de lo mucho que se ha perdido en estos tiempos