La pasión humana, por lo que sea, muchas veces solo puede entenderse desde el sentimiento y el corazón y rara vez desde la lógica o la razón. Y si se trata de pasión por lo deportivo en general y por una camiseta futbolera en especial, mucho más aún.
El viernes anterior, numerosos simpatizantes de Talleres de distintos puntos de la región “oficializaron” en nuestra ciudad su pasión albiazul a través de la flamante Filial Las Varillas. Un hecho que solo cuenta con el antecedente de sus pares de River Plate en la vecina Pozo del Molle ya que el resto, en una importante cantidad, solo fueron Peñas relacionadas a clubes de Buenos Aires, Córdoba capital y San Francisco.
Los dirigentes de los “Matadores” que se llegaron a nuestra ciudad fueron muy claros respecto al rol social que se cumple desde una Filial de la institución, más allá de todo lo demás que la rodea, como el mismísimo hecho pasional.
La firma del acta constitutiva en el libro de actas oficial de la entidad junto a la aceptación del Reglamento de Filiales, dejó muy en claro el vínculo de pertenencia, además del siempre importante paso de ser un socio más.
En plena época de vacaciones Las Varillas fue epicentro de un simpático encuentro entre simpatizantes con sangre albiazul de distintos puntos de la región, muchos de ellos domiciliados a distancias apreciables y varios sin conocerse previamente. Un punto de encuentro similar al que lograron los simpatizantes “Millonarios” mollenses varios años atrás y por el cual luego concretaron innumerables cenas, viajes e inquietudes en común, afianzando una genuina relación. Esa relación que nace de compartir el mismo cariño por una determinada camiseta, fogoneado por una pasión que no sabe de edades, géneros ni límites y que suele acompañarte durante toda la vida. Una pasión que, con el debido y necesario equilibrio para cualquier situación, ojalá nunca muera ni deje de correr por nuestras venas.