El equipo argentino, ya con el “Peque” Schwartzman y el “Zurdo” Pella en cancha, entrenó este lunes en el escenario central de la dura serie de repechaje del próximo fin de semana. Ajustando detalles en quienes ya lo venían haciendo y adaptándose a todo para los recién llegados a la legendaria Astana.
Primeros días de puesta a punto que suelen ser fundamentales para cuando lleguen las horas de la definición del equipo y la evaluación de posibilidades. También, para ir mirando de reojo el potencial del rival y los puntos que puede calzar cada jugador en aras de no errar las estrategias.
Una estrategia que tendrá que apuntar, en primer lugar, a tratar de ganar como mínimo un punto el viernes y trasladarle la presión a los locales. Esa presión que, en este tipo de instancias decisivas para preservar el grupo de elite, le suele jugar una mala pasada a los anfitriones si las cosas no salen como se prevén. Como aquel antecedente ante Israel en los Estados Unidos en donde la necesidad de triunfo para los locales terminó siendo un bálsamo para que aquel equipo de Martín Jaite mantuviera la categoría.
Por lo demás, las palabras de Pella respecto a la superficie trajeron en cierta forma algo de alivio. El zurdo bahiense comentó que “la cancha y el pique son bastantes similares a la del US Open donde acaban de jugar y que ello los puso realmente contentos”.
Otro dato no menor es el espíritu competitivo de los kazajos, al igual que otros tantos países asiáticos que formaron parte de la ex Unión Soviética donde se conformaron grandes seleccionados. Solo para tener en cuenta e ir haciéndose la idea de que mantener la categoría, aún como campeón mundial, no será nada sencillo ni mucho meNOS