Logró vencer los prejuicios que despierta la palabra “cannabis”, asociada al consumo de drogas prohibidas, a la marihuana , logró superar algunas barreras legales que penan el consumo de narcóticos y vivió durante cinco años la alegría de recuperar la mirada de su hija Isabella a quien la ciencia tradicional le pronosticó pocos meses de vida.
Es la historia de Mauricio Ongaro, que una vez agotadas todas las instancias de la medicina conocida, probó en su propio cuerpo los efectos del aceite de cannabis antes de dárselo a su hija.
Isabella nació con una enfermedad rara, poco frecuente y hasta ahora sin cura conocida y convulsionaba. lo que impedía su desarrollo y crecimiento.
La atosigaban de medicinas no progresaba hasta que su padre se enteró accidentalmente de trabajos de una mujer chilena que experimentaba con el aceite
Después de suministrarle algunas gotitas, con la anuencia de médicos no tan “tradicionales” y neurólogos logró el milagro de que su hijita abriera los ojos
Mauricio Ongaro relató esta historia por FM IDENTIDAD y comentó que integra un grupo de 126 personas cuyos familiares afrontan la misma situación, entre ellas varios médicos
“Los que tuvimos un caso similar podemos comprender lo que hace un padre por sus hijos”, expresó Ongaro, por lo que a pesar de que hace poco falleció Isabella, sigue abogando por la legalización del aceite de cannabis
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