Está a pasitos de terminar una fenomenal obra que “instaló” el nombre de Alicia en el ojo de su pueblo, de la provincia y del mundo: la primera réplica realizada por una sola persona de uno de los monumentos más emblemáticos de la historia moderna: la torre Eiffel.
“Cuando comenzamos no sabíamos que iba a pasar esto”, dice pluralizando generosamente Claudio Marchetti al describir la Torre Alicia. El fruto de su desvelo unipersonal y de su trabajo robándole horas al sueño necesario para terminarla.
Añade el aliceño que le faltan algunos detalles para finalizar, como balcones y otras cositas para poner fin a su trabajo de 16 meses en el patio de su casa.
Ya instaló en la cima de la torre la pluma con el nombre de Alicia y dice que le queda subir los veintipico metros de la mole de metal “una o dos veces más”. Así naturalmente, como si fuera subir desde el borde de la calle a la vereda para nosotros.
Así de natural.
Marchetti comentó que tiene ofrecimientos de muchas partes para llevar su torre que se desarma fácilmente con una grúa en dos días y se arma en cuatro jornadas en cualquier lugar.
Pero aclaró que le gustaría que se quedara en Alicia, a la que convirtió en un impensado punto turístico en pleno corazón de la Pampa Gringa con el fruto de su iniciativa
Tal vez Claudio no tuvo en cuenta la dimensión de su obra pese a que dio entrevistas a medios locales, de todo el país, y del mundo.
Le faltó nomás, al Hombre de la Torre, dialogar con el fantasma de Gustave Eiffel para intercambiar impresiones acerca de sus trabajos.