Pidieron la elevación a juicio de la causa judicial del crimen de Verónica Tottis. El fiscal de Instrucción de Río Segundo Diego Martín Fernández elevó a juicio la causa por el femicidio de Verónica Natalia Tottis (44) en la que acusa a su pareja Julio César Saluzzo (45) de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y por violencia de género”.
El femicidio ocurrió el 4 de junio de 2020 y se descubrió cuando Verónica apareció muerta en su auto entre Villa del Rosario y Luque. El cuerpo de la mujer apareció calcinado por un supuesto incendio de su vehículo, pero pronto se descubrió que cerca de la escena había un bidón con restos de nafta. Además, a pesar de que el auto tenía sus puertas cerradas, se halló en las inmediaciones al perro de la víctima, sano y salvo.
Luego, las pruebas acorralaron la estrategia de congoja del marido, que terminó detenido con la dura acusación de un crimen en contra de su propia esposa envuelto en un prolongado contexto de violencia de género.
Los protagonistas de esta historia -víctima y victimario- tienen profundas influencias en las comunidades en las que se movían. El padre del supuesto femicida es Roberto “Tito” Saluzzo, referente en la zona de Las Varillas por organizar eventos de jineteada, al punto que el predio de esa disciplina en esa ciudad lleva su nombre.
Para el Fiscal es un crimen de género:
El fiscal Fernández brinda en su auto de elevación a juicio todo un contexto de violencia de género que se prolongó durante años y que culminó en el momento en que se produjo el crimen. “El hecho” fijado por la instrucción se inicia en febrero de 2000 cuando se casaron y se prolonga durante todo el matrimonio, durante 20 años, hasta el crimen.
El instructor sostiene que Saluzzo sometió durante años a Verónica a “prácticas socioculturales históricas basadas en la idea de inferioridad de las mujeres y la superioridad de los varones, asumiendo un posicionamiento machista ligado a los estándares del ideario patriarcal que cimientan la violencia de género”.
Más adelante, el escrito sostiene que el acusado colocó a su pareja “en una relación de sumisión y postergación de su propio proyecto de vida, celándola, desvalorizándola e imponiendo su voluntad y dominación por sobre la voluntad de la mujer”.
Además, refiere Fernández que “con el devenir de los años, el imputado asumió actitudes de celos y persecución cada vez más intensas para con su esposa, revisando su celular, quitándoselo por días, por ejemplo, y siguiéndola en ocasiones que ésta salía de la casa”.
Ya en el plano del inicio de agresiones concretas, la instrucción describe un hecho de violencia física, destacando que Saluzzo, por su actividad, tenía un desarrollo físico relevante. En el marco de sus actitudes de control, “aprovechando que su mujer se estaba bañando, (Saluzzo) revisó su teléfono celular teniendo la clave de Instagram de ella, advirtiendo que esta mantenía una relación amorosa con otro hombre, ante lo cual, en la vivienda de ambos, más precisamente en el dormitorio, y en presencia del hijo mayor de los dos, mientras la insultaba, denigrándola, le dio una golpiza, tirándola a la cama y dándole un fuerte golpe en las costillas y en la cara, mientras que la mujer le pedía perdón y le prometía que no lo iba a volver a hacer”, describe el fiscal. Luego, relata que el hijo la socorrió y la llevó al hospital varillense.
La instrucción continúa relatando una serie de actitudes de control y agresiones de género -psicológicas, económicas y físicas, entre otras- y también refiere el terror que ella le tenía.
Más adelante, el fiscal Fernández describe cómo Saluzzo engañó con una excusa falsa a su esposa llamándola por teléfono cuando ella viajaba a Las Varillas y a Luque. Tras hacerla detener, hizo desviar el vehículo de la víctima y la mató de un modo aún no determinado. También se reseña que con un bidón de nafta incendió el automóvil de Verónica, con ella en su interior.
Para cerrar la acusación de “homicidio doblemente calificado por violencia de género y por el vínculo”, el instructor no descarta que en el juicio puedan añadírsele otros agravantes, como asesinato “criminis causae” y la “alevosía”. Está claro que con sólo una calificación la pena prevista para un homicidio es la prisión perpetua.
Fuente: La Voz del Interior