(Columna compartida con El Heraldo)
Por estos días se cumplen los 25 años, las Bodas de Plata si lo prefiere, del eslogan que tituló en todo este largo período la entrega de los premios anuales al deporte de esta querida ciudad: ”Las Varillas, Pasión y Dignidad Deportiva”. Me tocó ser parte junto a otros colegas, autoridades, dirigentes y deportistas de aquellos momentos que hoy recordamos con suma nostalgia. Obviamente hubo premiaciones anteriores e importantes, pero con este apelativo partió desde aquel lejano 1995.
Más allá del simbolismo de la designación y del contenido de su expresión, creo que lo realmente valioso estuvo dado también por el paralelismo de los hechos. No tengo dudas, al haberlo vivido y cronicado, de que estos veinticinco años del deporte varíllense tuvieron logros de alta relevancia e importantes eventos de jerarquía nacional e internacional para la ciudad y su zona. Con dirigentes y deportistas que vistieron los pantalones largos de cualquier gran urbe y, para el asombro de muchos, superándolas en muchos casos.
No obstante, también las autoridades de turno, el grueso de la población y hasta el propio periodismo acompañaron y potenciaron semejante época de gloria. Con un elevado nivel, año tras año, que fue cimentando jerarquía y prestigio por partes iguales y que pudo disfrutar incluso toda la región. Enumerar semejante cantidad de logros, eventos, deportistas y estadísticas no está en el ánimo de esta Columna, pero si en lo más profundo de su espíritu. Sin embargo, no podemos menos que agradecer y reconocer a tanta gente que, desde lo deportivo, logró generar una comprobada admiración para estas tierras. Admiración y sorpresa en muchos casos, no solo por tal o cual hecho significativo sino por su continuidad y perseverancia a través de tantos años que hicieron honor a la rica historia de antaño. Una bienvenida desproporción signada por el esfuerzo y el talento de muchos que, hoy por hoy y en medio de esta Pandemia tan triste, sin dudas rememoramos con nostalgia. Con nostalgia y con cariño por estos dorados veinticinco años, amén de la plata de sus bodas, y su paralelismo con estas premiaciones que para la inmensa mayoría serán por siempre una cálida y permanente tradición.