El equipo de Mauricio Vietto cayó por 5 a 1 como local en nuestra ciudad ante Olimpo de Laborde (foto), en un resultado sorpresivo tanto antes del juego como dentro del mismísimo desarrollo del cotejo.
Un primer tiempo que comenzó con las revoluciones a mil por una clara infracción penal a Fonseca a los 4′ de juego que el árbitro Moyano, de flojísima labor, no cobró ante los aireados reclamos del público local. A ello, se le sumó un tiro de comba del visitante sobre los 6′ que tocó el ángulo izquierdo del travesaño y dos chances más de pre gol para el tricolor a los 11 y 16 minutos en un lapso de 20′ con claro dominio del local. Desde allí, Olimpo comenzaría a cortar los circuitos de juego de Almafuerte y en una jugada aislada en el minuto 24 Serial recibió un largo pase desde el suelo para colocarla lejos de la estirada de Rodriguez.
Después, hubo un par de buenas jugadas ofensivas para la “trico” en los pies de Ambroggio y González con claras habilitaciones para Fonseca y Galarza, más un punzante ingreso de Palmero por derecha y un tiro libre de Ludueña que dio en el travesaño. No obstante, el empate llegaría en el minuto 43 desde el punto del penal: desborde y centro de Perret que da en la mano de un defensor y pena máxima cobrada por el linesman y no por el árbitro principal que Morisod cambaría por gol para ir al descanso con la igualdad en uno. Igualdad que pareció como poco para el equipo de nuestra ciudad que hizo el mayor gasto de esa primera etapa y que contó con las mejores posibilidades.
Con su goleador Lucero lesionado en Olimpo y con Almafuerte inclinando la cancha en los primeros 18 ‘ minutos de juego daba la impresión que los goles y la victoria tricolor eran cuestión de tiempo en esa segunda mitad que depararía sorpresas por doquier. Porque apareció la figura descollante del rosarino Héctor Baini en el visitante que en una ráfaga de inspiración, alta eficacia y desconcierto del local convirtió tres bonitos goles a los 21, 23 y 31 minutos de juego. No solo para enmudecer al colmado escenario tricolor sino para desconcertar de cabo a rabo a un equipo local que ya no encontraría el rumbo en lo que restaba del cotejo.
El ingreso de Gigena, entre otros, le dio algo más de profundidad a un Almafuerte ya aturdido por el abultado marcador. Un marcador que incluso se incremento sobre el final con Serial anotándose nuevamente en el placard para su cuenta personal.
Derrota dura e inesperada para el equipo de Vietto, máxime tratándose de una final provincial y como anfitrión. Un Almafuerte que no pudo aprovechar en la red contraria los largos minutos de dominio a su favor y que lo terminó pagando muy caro en el propio.
Derrota dura también por las desatenciones propias en los momentos claves y por las virtudes ajenas no exentas de experiencia, picardía y eficacia en un rival que quedó, con solo el primer chico de la final jugado, a muy poco de sumar una estrella provincial para sus vitrinas.