Con el arbitraje del experimentado Fernando Márquez, que tuvo una conducción impecable de la final, igualaron 0 a 0 Huracán y el Sp Suardi en un desarrollo de juego chato, anodino y de bajo nivel futbolístico.
El Globo fue algo más en el primer tiempo, aunque solo generó algo de peligro sobre la valla visitante con pelotas paradas. Así, el arquero Gareis le sacó una pelota muy complicada a Senn luego de un tiro libre que rebotó en la nutrida barrera suardense. Doce minutos después sería Acevedo, por la misma vía, el que haría besar el ángulo izquierdo del golero visitante cuando la inmensa hinchada varillense ya aclamaba la conquista. Y no mucho más para el local y casi sin llegadas para el blanquirrojo santafesino.
Después, una segunda etapa en donde la jerarquía de tres o cuatro jugadores visitantes hicieron una pequeña diferencia sobre un Huracán que se fue quedando sin piernas y le costaba lastimar a su rival. No obstante, Sp Suardi solo tendría una sobre los 37 minutos, pero muy clara: contragolpe por la banda derecha entre el capitán Poletto, dejando rivales en el camino, con una precisa cesión para Cáceres que, solo ante Bramardi, agigantó la figura del golero local para desviarla in extremis con su pierna derecha.
Con la igualdad consumada y el recurrente ingreso de Salamanca para los penales el Globo lo volvió a hacer, aún luego de que Sarmiento marrara el primer penal. Pérez, Meniconi, Senn y el juvenil Magnani no fallaron para el local. Que tuvo a un Salamanca gigante para contenerle el tercer penal a Iglesias y el yerro de Cáceres por sobre el travesaño para desatar una euforia alocada contenida por más de tres largas décadas.