En una ciudad, y un país, acostumbrados a transgredir las normas, no debería sorprender que haya una parte más o menos importante de los ciudadanos que desoiga el pedido de las autoridades de no circular más allá de lo estrictamente necesario. Si bien cualquier comparación entre el movimiento habitual que registra Las Varillas en un día normal y lo que pasa desde el viernes –con el establecimiento de la cuarentena obligatoria- muestra a las claras que una gran mayoría se quedó en su casa, esa circulación dista de ser la que los especialistas recomiendan para evitar la propagación del coronavirus.
Los médicos, y todos los profesionales de la salud, insisten con que es necesario que la propagación –si ésta fuera inevitable- se demore el mayor tiempo posible, de modo que le permita a la infraestructura sanitaria contener a todos los casos que requieren algún tipo de atención hospitalaria.
Sin embargo, y pese a los recurrentes mensajes de los gobiernos nacional, provincial y municipal, un grupo de varillenses (y de vecinos de otras ciudades también) siguen con su vida como si nada pasara. ¿Creerán que son una especie de superhéroes inmunes a un virus que está haciendo padecer a miles de personas de países con sistemas de salud más desarrollados que el nuestro?
Un médico hoy le puso números a esta preocupante situación si llegara a haber un brote de varios casos en Las Varillas. Pidió reserva y aclaró que la idea no es alarmar sino que la gente se convenza de la importancia de quedarse en su casa la mayor cantidad posible del tiempo.
Los números son éstos: si de los 20.000 habitantes que vivimos aquí, enferma (siendo optimistas) el 10% de la población, serían unas 2.000 personas. Si, como pasó en otros países, el 80% no requiere atención hospitalaria y puede seguir el tratamiento en su casa, eso quiere decir que el 20% restante sí la podría requerir. Ese porcentaje sobre los 2.000 potenciales infectados implicaría que unas 400 personas podrían necesitar ser internadas. Y de esas 400 personas, si se siguen los parámetros de lo que viene ocurriendo en Europa, un 10% podría requerir respirador. ¿Hay tanta cantidad de camas hospitalarias disponibles en la ciudad? ¿Alcanzan los respiradores para todos, o puede repetirse lo que cuentan los médicos italianos? Por eso –insisten los facultativos- es importante achatar la curva de contagios, y que esos potenciales enfermos graves no se infecten todos al mismo tiempo.
A esto hay que agregarle otras preguntas: ¿Cuántos médicos especializados en cuidados intensivos tenemos en Las Varillas? ¿Y cuánto se complicaría aún más la situación de carencia de recursos si a los 20.000 varillenses les sumamos a los habitantes de la región que tienen en la nuestra a la ciudad más cercana para sus traslados médicos de emergencia?
Por eso, los médicos están elaborando una estrategia si la situación se complica, que podría consistir en una especie de corredor sanitario hacia San Francisco o Villa María. Ciudades más grandes, seguramente mejor equipadas para estas situaciones, pero que también pueden sufrir un cuello de botella.
Con estos datos, ¿todavía tenés ganas de moverte por la ciudad como si nada pasara?