Lo acontecido en la elección de autoridades de la Asamblea de la Liga Regional de Fútbol, bien podríamos relacionarlo a dos dichos populares a través de la metáfora del título: Por un lado lo de … “El hilo se corta por lo más delgado” o sea, menos resistente y obviamente con menor respaldo y por el otro, aquella expresión … “Es una economía de bolsillos flacos”, en referencia a la escasez o falta de dinero en la sociedad.
Desde temprano, en la noche del día martes, llamó la atención la absoluta presencialidad de todos los clubes habilitados a votar y más aún minutos después con el rechazo del Presupuesto 2021 por una amplia mayoría. A esa altura, algo era obvio: La estantería se había movido y aquella “plancha” y letargo de meses atrás para muchos de repente había cambiado de cabo a rabo.
Es cierto que hubo inactividad y serios problemas por la Pandemia y una eterna Cuarentena pesimamente manejada que dejó de lado al deporte y a las necesarias actividades recreativas dañando de lleno, entre otros, a la competencia del más popular de los deportes en nuestra región. También, no es menos cierto que la conducción saliente tuvo reconocidos aciertos como el mejoramiento del nivel de competencia por la categorización, su obsesión por obligar a reacondicionar escenarios y el apoyo en lo que pudo a quienes quisiesen competir en los torneos del Consejo Federal para, en definitiva, “volver a jugar por algo”. Pero, no obstante, “algo” debió ocurrir entonces para que perdiese por un histórico 70/30 en la elección final de la noche para sorpresa de muchos … o no tanto.
Y la respuesta parece como cantada desde varios meses atrás. Porque la misma conducción, a pesar de toda su experiencia, falló en lo más sensible para las endebles arcas de la mayoría de las instituciones en Pandemia: Su caja, su bolsillo. Por no prestar la debida atención a los primeros tibios reclamos de aquel Mayo – Junio del año anterior o a los más fuertes de este Enero – Febrero de poquito tiempo atrás. Reclamos que pedían explicación, tanto del porqué de la no devolución de parte del total del dinero aportado en un año de nula actividad, como del fundamento de dicha decisión. Pero no hubo caso y la primera “respuesta oficial” fue con el apurado y otra vez costoso Presupuesto 2021 para los bolsillos ahora más flacos que nunca y, obviamente, el vaso no tardó en rebalsar. Y rebalso comenzando por el rechazo de dicho Presupuesto a primera hora y con el cambio de conducción después.
En síntesis, un hilo demasiado fino como para que tanta bronca o impotencia contenida no lo pudieran cortar, más allá de la inteligente estrategia y ardua labor
previa de la oposición. Una oposición a la que se le abren muchas posibilidades y genuinas expectativas, pero también una enorme responsabilidad de conservar todo lo bueno y apuntalar la actividad y el crecimiento de todos los clubes en una Liga extensa y voluminosa como pocas.
Con las anchas espaldas de toda nueva conducción, sería saludable que los flamantes directivos centralicen sus esfuerzos en las verdaderas problemáticas de los clubes. Y que estos entiendan de una buena vez que hoy la situación es otra, evitando las grandes erogaciones por refuerzos y pensando seriamente en un sólido y largo trabajo de las inferiores como proceso y no solo como recreación o como un simple cumplimiento de competencias