(Columna compartida con El Heraldo)
La muletilla del relator de fútbol Mariano Closs o también el nombre del programa radial del periodista Gustavo Lopez, “Un buen momento”, bien puede aplicarse a lo que ha vivido y sigue viviendo nuestra ciudad con la histórica elección del “Cebo” Bolmaro en la NBA. Porque, más allá de todo lo que habló el mundo deportivo y social en general y el argentino en particular y la trascendencia mediática que, una vez más, puso a Las Varillas en boca de todos, este hecho en particular tuvo una connotación especial. Al impactar duro, como en cualquier otro momento de nuestra historia, pero en un año demasiado triste, caótico y particular dado por esta nefasta Pandemia que aún se sigue sufriendo. Y por ello hasta la gente común, que no entendía bien de que se trataba esto del Draft allá lejos en Nueva York, lo vivió también con mucha intensidad y casi como un bálsamo en medio de tantas pálidas.
Lo del “Cebollita” varíllense impacta desde lo deportivo, es cierto, por aquel pibe más atleta que basquetbolista de no mucho tiempo atrás pero, en especial, también impacta desde lo social y desde lo estadístico. Por la vertiginosidad de su meteórica carrera en un lapso de tiempo extremadamente corto para alcanzar la elite del básquetbol internacional con solo veinte años.
No obstante, también repercute de una manera distinta, más profunda quizás, por la contemporaneidad con este calvario pandémico donde el deporte competitivo ha tenido un vacío histórico en los campos de juego de cualquier disciplina deportiva. Con centenares y miles de pibes, no solo sin educación presencial, sino también con nula actividad física y deportiva a lo largo de casi todo un año. Y de allí esta necesaria buena nueva para imitar y volver estimulados al ruedo después de un hacinamiento con múltiples consecuencias puestas en alerta por la propia OMS y Unicef.
Un buen momento, para que todos lo valoremos en su justa dimensión. Por la jerarquía que una vez más envuelve a la ciudad y su región, ahora con esta increíble y bienvenida desproporción de la inserción de “otro varíllense en la NBA” que ha sorprendido a propios y extraños. Pero también, “un buen momento” porque nos ayuda con su sacudón a digerir mejor el interminable derrotero de esta Pandemia que tanta impotencia, tristeza e inquietud sigue generando en el grueso de nuestra querida población.