Cuando ya era bien entrada la noche de aquel domingo de fines de Noviembre en Zagreb y los festejos por el título mundial repicaban en toda la capital croata y, obviamente, en toda la argentina, también imaginábamos el debut glorioso del 2017. Ya se sabía que vendría Italia y nos refregábamos las manos y el corazón pensando en tamaño espectáculo, con el campeón del mundo defendiendo el título en nuestro país.
Nos era imposible no soñar un Parque Roca a full con más de catorce mil almas agradecidas y el desfile de Del Potro, Delbonis y compañía. Pero, por lejos, nada de eso sucedió ni sucederá desde mañana cuando comience la serie ante los “tanos”.
Claro que se comenzará a defender el cetro ecuménico pero, solo será eso y nada más, así se consiga una necesaria victoria para no ir a la reválida de Setiembre.
La cita no será en el Parque Roca sino en el Sarmiento con tribunas tubulares para unos pocos miles de aficionados. Tampoco estarán “Delpo y Delbo”, salvo alentando desde las gradas y tampoco vamos como candidatos, como era de esperar, sino bien de puntos en nuestra propia casa.
Los festejos, merecidos claro, el relax por la Ensaladera por fín conseguida y el desgaste de los jugadores junto a la irregular pretemporada terminaron siendo un combo letal para que lo soñado en Zagreb este muy lejos del escenario de este fin de semana. Un escenario adverso, no solo por la fortaleza de un rival con Fognini, Seppi, Lorenzi y Bolelli para temer sino por un equipo nacional que aún no termino siquiera de emparcharse.
El bahiense Pella será el hombre a confiar y con la máxima raqueta albiceleste, en tanto el increíble regreso de Berlocq completará el segundo punto de un viernes donde todo puede suceder.
Una pena, porque no lo merecían ni el equipo ni la gente.
Cosas del destino, un inoportuno relax que incluyó la extraña comunicación interna del fin de año anterior y una serie de lesiones y situaciones particulares nos llevaron a esto. Claro que es deporte y la Copa Davis, con el peso de la camiseta campeona, también puede erigir la sorpresa de una bienvenida victoria nacional. Pero las fichas, estas fichas ya jugadas, estuvieron muy lejos de aquel sueño en la noche de Zagreb donde imaginábamos un debut a lo campeón con bombos y platillos para este inicio de Febrero.