Cuando este domingo, después de 51 años de historia, “La Esquina del Buen aroma” cierre las puertas del edificio de Antártida e Independencia, (acaso por última vez?) se cerrará un capítulo de una historia que se inició en 1968.
La historia de Miguel Mainero( 68) y la de la Pastelería Roma
Para su propietario, una vida entre esas paredes. Para los compradores, una tradición: no habrá en la ciudad elaboración y sabor en masas como los de la Roma
Las masas de la Roma llegaron a lugares tan lejanos como Australia, España, Italia, Estados Unidos y todas las provincias argentinas
Si hasta hubo clientes que, llegados desde distintas latitudes, pasaban primero por Pastelería Roma a comprar merengues, bombas de crema o cañones de dulce de leche y después iban hasta su punto de arribo: la casa de un hermano, un tío, la abuela, la mamá o los amigos.
Miles de personas pasaron en 51 años por debajo del tradicional toldito que había en la entrada y otras tantas masas engalanaron la mesa de cumpleaños, casamientos y toda fiesta que hubo en Las Varillas y región.
“Si no hay masas de la Roma no es lo mismo”, habrán dicho esas voces y así lo repetíamos cada uno de los que alguna vez visitamos esa empresa familiar
No hacía ni hizo falta imprimir en el papel que envolvía las tortas y masas el nombre de la pastelería, bastaba saborearlas para saber el origen
Se puso en venta hace tres años, más por cansancio que por necesidad, la Roma. Y no hubo un solo interesado. Claro, quién se iba a animar a la elaboración de esas delicias sin la mano de Miguelito.
Y un día Miguelito dijo basta. Cincuenta y un años de levantarse a las 3 de la mañana, mientras otros recién empezaban a dormir o gozaban de su sueño reparador
Cincuenta y un años de dejar de lado otras actividades sociales, la familia, el canto coral las canciones del recuerdo para dedicarse a lo que aprendió más de medio siglo atrás cuando dejó un campo en El Arañado y se radicó en nuestra ciudad.
Este domingo la Pastelería Roma atenderá por última vez. Ya no habrá el aroma tradicional que aún sigue impregnado en las paredes de adentro y de las casas vecinas.
Miguel Mainero se sentirá raro al no despertarse a las 3 de la mañana y nosotros evocaremos con nostalgia y agradecimiento el tradicional sabor de la Roma.
La esquina del buen aroma
L. A. A