Son numerosos los llamados a los medios de comunicación con la apreciación de que la Plaza Independencia ha quedado hermosa pero tiene un defecto: la Garita de espera de los colectivos.
Tal vez por motivos arquitectónicos y para que se vea el paseo público se ha dejado ese lugar sin una pared protectora, pero quienes llaman dicen que no hay un sólo lugar para guarecerse y en días como el de este martes es imposible esperar a los micros sentado en los bancos del lugar.
La lluvia y el viento hacen que los pasajeros esperen de pie y arrimados lo más que puedan a la pared a las unidades de transporte que los trasladarán a diversos destinos.
Será difícil romper la armonía arquitectónica pero darles un refugio a los usuarios?