(Columna compartida con El Heraldo y La Voz de San justo)
El escándalo, porque no es otra cosa, de la Liga Profesional con River Plate por la autorización o no de su escenario de entrenamiento para los partidos oficiales de primera división, no parece ser lo único bochornoso por estos días. Obviamente está dentro de lo más groso, porque con ocho meses de inactividad es impensado que se pueda haber llegado a semejante espectáculo público con una evidente interna y puja de poder mediante. Y más allá de la falta total de criterio y profesionalismo en el manejo de este tema, el ninguneo a la entidad millonaria de “vaquitas o estadios gratuitos” en boca de otros presidentes tampoco es muy profesional que digamos.
No obstante, también hubo un sinfín de otros casos de nulo profesionalismo coincidiendo por estos días.
Uno de ellos, aunque de bajo perfil, fue lo de la pésima organización de la semifinal argentina en básquetbol entre San Lorenzo y Quimsa, este a la postre un gigante Campeón de la Champions sudamericana. Cabildeos, idas y vueltas, peleas y un día y horario que casi se terminó chocando con la mismísima final del viernes anterior en Montevideo dejaron mal parada a la dirigencia argentina del deporte de los cestos.
Otro que se subió al trencito de la escasa actitud profesional fue el club Belgrano. El celeste cordobés entrenó 48 horas con más de una decena de jugadores con Covid positivo y de milagro solo tuvo algunos contagios más en el plantel.
También en la provincia, pero ya en nuestra región, la decisión en San Francisco de prohibir en aras de la Pandemia “por el calor” la realización de prácticas físicas al aire antes de las 16 horas ha subido al podio de las ridiculeces. Aunque aquí pareciese que más que falta de profesionalismo de quienes lo decidieron, esta normativa es claramente una falta de sentido común, e incluso una “tomada de pelo” como lo aseguran los colegas desde la vecina ciudad del este.
Si hubo un profesional de la pelota en un campo de juego, salvando lo de su caótica vida privada, fue Diego Maradona quien dentro o fuera del fútbol cobro y cobra aún montos del súper profesionalismo. Por ello duele que, dentro del festejo de sus seis décadas de vida, haya declarado a la prensa mundial que “le volvería a hacer un gol con la mano a los ingleses” y que con ello reafirme el concepto de país subdesarrollado que muchos tienen de nosotros en el mundo.
Da la triste impresión de qué en un ambiente internacional globalizado, donde todo se ve y se informa y en un mundo deportivo también muy profesional, todo esto no deja de afectarnos y mucho. Y también uno piensa que con un toquecito de seriedad profesional mucho de esto se podría haber evitado sin lugar a dudas.
Así sean hechos de la región, la provincia o el país ello lamentablemente confirma que, más allá de muchos logros en los campos de juego, el profesionalismo dirigencial aún sigue brillando por su ausencia y generando pobres resultados o contratiempos de todo tipo. Una lamentable escasez de profesionalismo, muchas veces muy bien pagos, de numerosos conductores o dirigentes que en consecuencia reiteran la falta de respeto a tanto argentino de bien y cumplidor que, más temprano que tarde, se terminará cansando de apoyar con sus aportes tanta desidia en los manejos y con su pasión tanta falta de coherencia.