…No es la Puerta de Alcalá pero durante largo tiempo fue la puerta de Huracán.
Y como la de la canción, la puerta de Huracán fue la salida y la entrada donde convivieron pasado y presente. Y en la puerta, la silenciosa testigo… la Garita.
Todo un símbolo de la Historia del Globo.
Cuántas citas, cuántos títulos, cuántas alegrías y cuántas tristezas habrá presenciado esa construcción. Por ahí entraron y salieron futbolistas, atletas, bailarines que nos enorgullecieron a nivel mundial; más acá en el presente jugadoras de Hockey y hasta Kid Betún en su rol de policía advertía con su dura mirada de boxeador desde la entrada nomás: “Muchachos, no se hagan los locos” antes de empezar un superclásico con la Trico. Muditos y más buenos que el pan quedaban los hinchas. Ni un silbido, ni una puteada se oía.
En cuántos picnics y estudiantinas habrá prestado sus paredes para atajar a algunos muchachos y muchachas que se pasaron de rosca con la sangría o el clericó?
Pero el club creció y las necesidades también. Por eso el progreso encarnado en un cruel martillo comenzó la semana a los golpes. Dicen los que tienen un finísimo oído que con cada golpe, le pedía perdón por chocar contra sus históricas paredes.
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Hace ya un tiempo, bastante tiempo, desapareció otra histórica entrada: la de la torre-tanque de los primos, al otro lado de la ciudad. Ahora le tocó a ella.
Deberían guardar un montoncito de mampostería para recordarla, al lado de la flamante y moderna secretaría: